El misterio del enano (The Dead Ringer, 1948)
Autor: Fredric Brown
Colección: Caimán nº 256
Edita: Diana, México, 1963
Fredric Brown es uno de los autores que nunca me defraudan. Tanto sus cuentos cortos (ejemplo) como sus novelas (ejemplo), tanto sus obras de ciencia ficción como sus policiales, siempre me terminan atrapando. Su habilidad para tener premisas extrañas, sus finales inesperados, su sentido del humor travieso, su jugueteo con las palabras: por todo eso, sumergirme en una novela de Brown siempre es un placer. Y les aseguro: cuando uno se dedica a leer los libros que caen por estas páginas, eso se agradece porque no es algo tan frecuente.
Así que me metí feliz en esta novela, la segunda en el ciclo de historias protagonizadas por Ed y Am Hunter. Ya había reseñado años atrás otra novela de este par de tío y sobrino – los únicos protagonistas fijos de las novelas de Brown -. Esta novela es cronológicamente anterior, más específicamente, la segunda en la serie, con Am Hunter trabajando en un puesto en el circo, con Ed ayudándolo. Y todo comienza con algo altamente improbable: un enano QUE NADIE CONOCE aparece muerto en medio de la tienda del circo. Y, en rápida seguidilla, aparecen también muertos un mono y un niñito negro que hacía un número de "Tap Dance". Todo esto con le circo moviéndose de ciudad en ciudad.
Que alguien haga una historia con elementos tan dispares, ya es toda una proeza. Que además tenga un desarrollo lógico y un final inesperado pero creíble, ya es un milagro termodinámico. Brown logra eso. Todo queda explicado, la resolución te pega sorpresiva pero coherentemente (cual película de M. Night Shalyaman) y además tenemos el lujo de conocer internamente el mundillo del mundo del circo ambulante de la América de esos años.
Igual, comparado con otras novelas del autor, esta está un peldaño abajo. La parte del medio se siente estirada (la novela se había publicado originalmente en una versión mas corta en el pulp detectivesco "Mystery Book Magazine", con lo que el largo extra puede ser le culpable de esta sensación). Pero igual un Brown menor sigue siendo una lectura entretenida. Lo he dicho varias veces aquí y lo repito: si encuentran esta novela o cualquier otra por Fredric Brown, no lo duden y cómprenla. O si no lo van a hacer, avísenme donde la vieron así la compro yo…
1 comentario
alejandro -